La cabezota de María

Hoy (y todos) son esos días que pondría los pensamientos a congelar, que se endurezcan del frío y que por un ratito, no me digan todas esas cosas que no quiero escuchar. Siento como viajan por las distintas partes del cerebro. Buscando hacerse notar. Me saludan por la oreja, para que no los olvide. Nunca los olvido. Trato de engañarlos. Me hago la que no los escucho, la que estoy entretenida pensando en "cosas importantes". Después, en algún momento, se relajan. Y cuando pienso que ya se rindieron, vuelven a aparecer. 
Y si en algún momento los perdí por completo, 
me visitan por la noche,
utilizando todos los elementos posibles
aprovechando que estoy dormida.

Y allí es cuando me gusta jugar con ellos, 
allí somos uno,
mis pensamientos y yo.
Dejándonos soñar...

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